martes, 28 de febrero de 2017

¡Cómo recibir un milagro el día de HOY!


7 de Febrero

¡Lo recibo por la fe en Tu Palabra!

Por Riqui Ricón*

Porque en ti, oh Jehová, he esperado; Tú responderás, Jehová Dios mío (Sal 38.15).

Quiero invitarte hoy a que cierres tus ojos y te hagas la siguiente pregunta: ¿Creo que Dios es digno de confianza? Contestar esta pregunta con toda honestidad, te ayudará a ubicar tu posición respecto a tu Padre celestial.

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (He 11.6).

Ser un creyente significa tener fe y esto, a su vez, significa tener la plena certeza de que Dios es digno de confianza. Es estar convencido de que Dios tiene Palabra de Honor. Toda, absolutamente toda, tu relación con Él se basa en la confianza y esto es lo que la fe es: creerle a Dios, creyendo a Su Palabra.

Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición, y no podré revocarla (Num 23.19-20).

¡Dios no puede mentir! Toda Palabra que sale de la boca de Dios tiene en sí misma todo el poder para hacerse cumplir.

Es por esto que, en este día, puedes estar plenamente seguro(a) y acercarte confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (He 4.16). Si Dios lo dijo, entonces ¡Él te va a responder!

Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron (He 4.2).

La lectura del día de hoy nos enseña, en la carta a los Hebreos, que las personas no logran recibir las promesas de Dios por causa de su incredulidad a la Palabra de Dios. Esto no quiere decir que Él se enoja por esto y decide no cumplir Su Palabra a quiénes así proceden. ¡No! ¡De ninguna manera! ¡Dios no puede retirar Su Palabra!

Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,  así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié (Isa 55.10-11).

Lo que sucede es que todas Sus promesas sólo se reciben por fe, creyéndole a Él. Por eso la única forma de agradarle es con tu fe. Dios te ama y te quiere bendecir, y te ha dado la fe como el vehículo o la herramienta para RECIBIR.

para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados (Hch 26.18).

Ahora bien, si tú has confesado a Jesucristo como el Señor y Salvador de tu Vida, entonces, has Nacido de Nuevo y ahora eres un(a) Hijo(a) de Dios. Por lo tanto, eres un(a) creyente y tienes fe para recibir.

Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios…  Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Jn 5.1a, 4-5).

Así que, tienes la victoria sobre este mundo por medio de la fe en Cristo Jesús.

Recuerda siempre que Él te ama tanto que prefirió ir a la cruz antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Ahora tu relación con Él ya no es la de una creatura con su creador sino la de un(a) Hijo(a) con su Padre. Pues, eso dice la Biblia que ahora eres tú: un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios tu Padre.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jua 3.1 BAD).


Así que, cualquiera que sea tu necesidad el día de hoy, sin importar la clase de reto, aflicción o enfermedad que estés enfrentando, ten por seguro que tu Padre celestial puede y quiere ayudarte. Teniendo esta certeza, acude a las promesas que Él te ha hecho en la Biblia y utiliza tu FE para recibir tu milagro en este día.
 

Si puedes creer, al que cree todo le es posible.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, una vez más, quiero darte las gracias por Tu gran Amor con que me amas. Señor Jesús, por lo que hiciste por mí, hoy puedo estar seguro(a), sin importar cuáles sean las circunstancias que enfrento, que ¡Tú, mi Padre, me responderás! Yo he creído y conocido Tu Amor. Sé que Tu Palabra, la Biblia, es la Verdad y he decidido confiar plenamente en Ti. Por lo tanto, echo fuera de mi vida toda duda, temor y ansiedad. Declaro que soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Soy nueva creación! Las cosas viejas pasaron, he aquí que todas son hechas nuevas en mi vida. En el nombre de Jesús, yo le llamo a la sanidad y a la salud de mi cuerpo; llamo a la estabilidad emocional en mi vida, pues ahora sé quién yo soy: le llamo a mi libertad financiera. Creo y declaro que soy la persona que Tú, mi Dios y Padre, dices en Tu Palabra que yo soy. Soy libre y dichoso(a), pues el Todopoderoso está conmigo. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichoso(a) para vivir una vida plena y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto. ¡Tú, mi Dios y Padre, me responderás! ¡Lo recibo! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Febrero 7                             Heb 3.1-4.13 /  Gen 48 /  Sal 38

 



Y tú, ¿quién eres?

 

6 de Febrero

¡Identifícate!

Por Riqui Ricón*

Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré.  Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio (He 2.9-13).

Es hermoso y edificante encontrar en la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, escrituras como esta donde claramente se te muestra que el pagar tus pecados, el perdón y la santificación no eran, ni serán, el objetivo por el cual Jesús murió en esa cruz. Tanto pagar todos tus pecados (justificación), como el perdón y la santificación fueron requisitos necesarios para un propósito mayor: hacer de ti un(a) Hijo(a) de Dios. Para lo cual, también, tenías forzosamente que Nacer de Nuevo.

Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos (He 2.10).

Hablando acerca de los Hijos de Dios, cabe mencionar aquí que es un gran error, y totalmente contrario a la Verdad, creer que todos los seres humanos son Hijos de Dios.

Vino a lo que era suyo,  pero los suyos no lo recibieron. Mas a cuantos lo recibieron,  a los que creen en su nombre,  les dio el derecho de ser hijos de Dios.  Éstos no nacen de la sangre,  ni por deseos naturales,  ni por voluntad humana,  sino que nacen de Dios (Jn 1.11-13 NIV).

Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes (Ro 9.8).

Pensar que todo el mundo es Hijo de Dios significaría que no existe diferencia entre un malvado violador y asesino, y un justo, santo y perfecto. Date cuenta que dicha forma de pensar no es más que una estrategia con el propósito minimizar y denigrar la Identidad que Jesús compró para ti al costo de Su propia Vida.

En el mundo, este tipo de creencia está muy generalizada y sólo sirve para neutralizar a todo aquel que, en honor a la Verdad, comienza a creer que por medio de la muerte y resurrección de Jesús ha sido justificado(a), perdonado(a) y santificado(a) para ser hecho(a) un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jua 3.1 BAD).

¡Ciertamente todos los seres humanos son creaturas amadas por Dios!

"Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no me envió al mundo para condenar a la gente, sino para salvar a todos (Jn 3.16-17 BLS).

Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su Propio Hijo antes que perderte a ti, pero creer que todos los seres humanos son Hijos de Dios por el simple hecho de existir, anulará la distinción tan especial que Dios te ha hecho al declararte Su propio(a) Hijo(a).

Durante siglos, Satanás ha luchado con todas sus fuerzas, y recursos a su alcance (sus mentiras), tratando de evitar que los Creyentes Cristianos se enteren que en Verdad son lo que Dios dice en la Biblia que son: auténticos y legítimos Hijos de Dios Nacidos de Nuevo.

Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios (1 Jn 5.1a).

Tú has creído que Jesús es el Cristo, el Mesías salvador de la humanidad, por lo tanto, conforme a la Palabra de Dios, haz nacido de Dios.

siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).

Nacer de Dios significa que la semilla que ahora te engendró ya no es corruptible, sino incorruptible: santa, justa y perfecta. ¡Tal y como Dios es! Todo por la Palabra infalible e inalterable de Dios.

¡El (la) viejo(a) pecador(a) que tú eras no existe más!

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

¡Eres una Nueva Creación! ¡Eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo!

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Dios te ama tanto que prefirió entregar a su propio Hijo antes que perderte a ti. Y lo hizo con el propósito, expreso, de hacerte Su Hijo(a).

en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efe 1.5).

Ahora bien, Dios es bueno y te ama a ti, así que, no te hizo Hijo(a) Suyo(a) para que vivas enfermo(a), pobre, triste, amargado(a), deprimido(a), ni fracasado(a). ¡No! ¡Nada de eso es la voluntad de Dios para tu vida!

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad (3 Jn 2-3).

Andar en la Verdad es creer a la Verdad, y ésta es que Jesucristo dio Su Vida para que tú tengas una Nueva Vida como Hijo(a) de Dios. Y como tu Padre, Él desea que seas prosperado(a) en todo, que tengas salud y una vida llena de gozo y paz

Esta es tu verdadera Identidad y el diablo hará todo lo posible para evitar que puedas obtenerla. La buena noticia es que no podrá conseguir su propósito, ya que tú sólo tienes que creer, creerle a Dios, creerle a Su Palabra, pues el justo por la fe vivirá y al que cree, todo le es posible.

Así que, tenlo por seguro, tú eres, sin lugar a dudas, un(a) auténtico(a) y legítimo(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, no encuentro mejor forma de agradecer lo que has hecho por mí que aceptándolo. No encuentro mejor forma de honrar el sacrificio de Tu Hijo Jesús que recibiendo la posición e Identidad que Él adquirió para mí al morir en esa cruz. ¡Gracias Jesús! ¡Muchas gracias Señor! Creo y recibo tu grande y eterno Amor por mí. Creo y recibo mi identidad de Hijo(a) Tuyo(a). Por lo tanto, creo y recibo también todas y cada una de tus promesas. Gracias Señor, porque no hay forma en que yo vaya a perder en esta vida. Gracias Padre porque no me has dejado nunca, ni me dejarás, porque me has amado con tan grande amor y me has hecho tu Hijo(a). Por lo que Tú hiciste en la cruz, Señor Jesús, y por Tu Palabra, ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichoso(a) para vivir una vida plena y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en Plenitud que ahora tengo como Hijo(a) de Dios. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto. En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Febrero 6                          Heb 2 /  Gen 46.28-47.31 /  Sal 37

 



martes, 21 de febrero de 2017

¡En esto SÍ puedes confiar!

 

5 de Febrero

¡Tú eres el (la) Hijo(a) Amado(a) de Dios!

Por Riqui Ricón*

¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias. Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz (Sal 36.7-9).

La Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, te enseña que la misericordia del Señor llega hasta los cielos y Su fidelidad alcanza hasta las nubes (Sal 36.5). Estas son buenas noticias (eso significa la palabra Evangelio), pues no tienes que esperar hasta presentarte delante del Juez de toda la tierra, sino que también aquí y ahora, viviendo en Su Presencia, como un(a) Hijo(a) de Dios, tú ya estás amparado(a) bajo la sombra de Sus alas y serás completamente saciado(a) de la grosura de Su casa.

¡Qué hermoso es creerle a Dios! ¡Qué maravilloso es creerle a su Palabra! Poderle decir en  la intimidad de la comunión, “Padre, Tú eres el manantial de mi vida y yo bebo del torrente de tus delicias. ¡En Tu luz yo veo la luz!

La razón por la que los hijos de los hombres se acercan a nuestro Dios y Padre, no es el temor sino Su infinita misericordia. Ellos, sin conocerle, apelan a Su misericordia, pero, ¿Habrá algo más grande que Su misericordia? ¡Sí! ¡Su Amor de Padre! Esta es nuestra razón para acercarnos a Él. Esta es nuestra razón para estar con Él. Esta es nuestra razón para vivir con Él, por Él y para Él.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! (1 Jn 3.1a).

Nunca le permitas a lo difícil de tus circunstancias hacerte dudar del Amor de Dios. Así es, Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jua 3.16-17).

¡Tú eres el (la) Hijo(a) Amado(a) de Dios! Sin lugar a dudas saldrás más que vencedor(a) de todo problema, angustia o enfermedad, pues Dios está contigo, y si Dios está contigo, ¿quién contra ti?

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.31-32).

Acerca de Jesucristo la Escritura dice:

Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo? (He 1.5).

Acerca de ti Dios declara: 

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios… Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos (Ro 8.16, 29).

Antes, tú como un(a) hijo(a) de los hombres te refugiabas bajo la misericordia de Dios, ahora, tú sabes bien quién eres: un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, amparado(a) entre los brazos de Amor de tu Padre celestial.

¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.9-11).

Así que, en verdad, ¿cuál es el problema, enfermedad o necesidad que hoy te aflige? ¡Dios está contigo! ¿Cuál es el problema, enfermedad o necesidad que hoy te angustia? ¡El Todopoderoso Dios es tu Padre! ¿Cuál es el problema, enfermedad o necesidad que hoy te preocupa? ¡Jesús es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por ti delante de tu Padre!

Jesús nos enseñó a orar: “Padre nuestro que estas en los cielos…”. Él, sobre todas las cosas, quiere que te enteres que, por Su sacrificio en la cruz, por Su Sangre derramada hasta la última gota por Amor a ti, pagó todos tus pecados. La Justicia de Dios fue satisfecha, has sido perdonado(a) y se te ha otorgado una Nueva Naturaleza. Ahora eres un(a) auténtico(a) y legítimo(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Un(a) Hijo(a) del Rey!

Sólo de esta forma, por medio de la fe en tu Señor y Salvador y Sumo Sacerdote y Hermano Mayor, Jesucristo, puedes acercarte pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (He 4.16).

¡Sí! ¡Así es! Por Su gracia y misericordia, por Su muerte y resurrección y por Su Amor de Padre, el día de hoy, tienes, en Cristo Jesús, respuesta a TODAS tus necesidades, cualesquiera que estas sean.

¡Jesús te ama!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, ¿qué puedo decir a todo esto? Si Tú, mi Dios, estás conmigo, ¿quién contra mí? Si no escatimaste ni a Tu propio Hijo, sino que lo entregaste por amor a mí, ¿cómo no me dará también con él todas las cosas? ¿Quién me acusará siendo yo escogido(a) de Dios? Dios es el que me justifica. ¿Quién es el que me condenará? Cristo es el que murió por mí; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por mí. ¿Quién me separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas yo, ______________ (tu nombre aquí), soy más que vencedor(a) por medio de aquel que me amó. Por lo cual estoy seguro(a) de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada me podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, mi Señor. Por lo tanto, declaro que de todo problema, enfermedad o aflicción, he de salir más que vencedor(a). ¡Todo lo puedo en Cristo Jesús! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a) en todas las cosas! ¡Soy feliz y dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Febrero 5                           Heb 1 /  Gen 45:1-46.27 /  Sal 36