miércoles, 26 de octubre de 2016

¡Cómo alcanzar la Redención!

 


24 de Octubre
¿Quién lo va hacer?

Por Riqui Ricón*
Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos (1 Tes 3.12-13).
En esta porción de la Escritura, la lectura del día de hoy te muestra cómo Dios lleva a cabo Su Plan Perfecto para tu redención. Tú HAS NACIDO DE NUEVO mediante la fe en Jesucristo, y es Él, el Señor tu Dios, quien te hace crecer y abundar en amor unos para con otros. No eres tú, no son tus actos  ni tu esfuerzo por agradarle lo que desarrolla el Amor en tu vida. ¡Es Él! ¡Solamente Él! ¡Es Su Plan!
O, ¿acaso puede mentir la Escritura cuando dice, de ti que eres renacido(a) (nacido(a) de nuevo) no de simiente corruptible, sino de simiente incorruptible por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23)?
Y es la Biblia, la Palabra de Dios que no miente, quien te dice claramente,  y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Ro 5.5).
Es el Amor de Dios, que ya ha sido derramado en tu corazón, y NO TUS ACCIONES, lo que te permite ser afirmado(a) e irreprensible en santidad delante de Dios TU Padre. ¿Te das cuenta? ¡Es Él! ¡Es el Espíritu Santo en ti!
No hay Amor tan grande, bueno, sublime y perfecto como el Amor que Dios siente por ti. Éste es el Amor Ágape, el Amor que todo lo espera, el que todo lo soporta, el que todo lo cree y nunca deja de ser. Es el Amor del Pacto Eterno mediante el cual Dios ha decidido amarte aunque tú no lo ames a Él.
Si dejamos de ser fieles, él seguirá siendo fiel, pues no puede negarse a sí mismo (2Ti 2.13 PDT).
Durante milenios la humanidad había estado desafiando a Dios invalidando Su Pacto y Él, ¿qué hizo? No nos destruyó ni aniquiló como bien hubiera podido hacer. ¡No! Sino que se propuso hacer un Nuevo Pacto, un mejor pacto establecido sobre mejores promesas. Un Nuevo Pacto que no será invalidado.
Y haré un pacto eterno con ellos: nunca dejaré de hacerles bien. Pondré en el corazón de ellos el deseo de adorarme, y nunca me dejarán (Jer 32:40 NTV).
Este Nuevo Pacto es establecido entre Dios y Su propio Hijo Jesús, quien pagando TODOS los pecados de la humanidad mediante el derramamiento de Su Sangre y de Su Vida, te da completo acceso a la Redención.
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
¡Él lo prometió en la Biblia y Él lo cumplió!
Ahora bien, lo realmente hermoso del Evangelio, de las Buenas Noticias de Jesucristo, es que sucede exactamente lo mismo con la santidad que con la redención, pues la santidad no es algo que puedas alcanzar por esfuerzos propios sino que es un estado espiritual, una posición delante de Dios, que ya se te ha entregado cuando NACISTE DE NUEVO como un(a) Hijo(a) de Dios.
Algunos de ustedes antes eran así. Pero fueron limpiados; fueron hechos santos; fueron hechos justos ante Dios al invocar el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios (1Co 6:11 NTV).
Recuerda que DE NINGUNA MANERA eres un(a) pecador(a) salvo(a) por gracia. O eres pecador(a) o eres salvo(a), no puedes ser las dos cosas al mismo tiempo. ¡Eras pecador(a) y ahora eres salvo(a) por Su Gracia! De la misma forma, Su Gracia incluye tu santificación y santidad. ¡Esto es el Nuevo Pacto!
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto  con la casa de Israel y con la casa de Judá.  No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.  Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón;  y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo (Jer 31.31-33).
Yo te pregunto ¿Quién lo va hacer, tú o Él?
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, es muy hermoso y confortante saber que Tú eres Dios y que, por lo tanto, vas a cumplir en mi vida todas y cada una de Tus Palabras que has hablado respecto de mí. ¡Gracias! Puedo asegurar, conforme a Tu Palabra, que dichoso(a) es la mujer o el hombre que en Ti confía. Hoy hablo sanidad y vida a todo mi ser, espíritu, alma y cuerpo. Declaro que mi familia, todos mis seres queridos, vendrán a Ti, Señor Jesús. Creo y recibo la victoria, la vida nueva, la Vida Eterna plena y abundante que ganaste para mí, al morir pagando todos mis pecados y resucitar para darme la Vida Eterna. Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y nada ni nadie en este mundo me podrá hacer frente pues Tú, Jesús, estás conmigo. Todo problema, enfermedad o circunstancia que esté enfrentando en estos momentos la voy a vencer pues mayor eres Tú, Espíritu Santo, que vives en mí y conmigo, que el que está en el mundo. Me niego a temer pues yo estoy lleno(a) del Amor de Dios y el perfecto Amor echa fuera el temor. Padre, de acuerdo a Tu Palabra y mediante la muerte y resurrección de Tu Hijo Jesucristo (mi Señor y Salvador), Tú me has hecho justo(a), santo(a) y perfecto(a). Por eso, creo y declaro que lo mejor de mi Vida está por venir. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 24               1 Tes 2.17-3.13  /  Isa 17-19 / Sal 114
 
 

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