miércoles, 25 de febrero de 2015

¡Cómo salir de la mediocridad! ¡Cómo dejar el pasado atrás!

 

25 de Febrero

¡Sometiéndote a las Promesas de Dios, tu Padre!

Por Riqui Ricón*

Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo  (Ex 34.10).

Sencillamente extraordinario lo que la Palabra de Dios nos revela el día de hoy. Y para apreciar lo sorprendente de este compromiso que Dios hace contigo, sólo tienes que recordar que el Nuevo Pacto, con el cual tú ahora te relacionas con Dios, es un mejor Pacto (que el Antiguo Pacto), establecido sobre mejores promesas.

Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (He 8.6).

Sólo tienes que recordar que el Antiguo Testamento es sólo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas.

Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan (He 10.1).

Estas cosas son precisamente las promesas que ahora te pertenecen como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido de Nuevo.

El SEÑOR respondió: —Escucha, yo hago un pacto contigo en presencia de todo tu pueblo. Realizaré milagros que jamás se han hecho en ningún lugar de la tierra ni en ninguna otra nación. Todos los que te rodean serán testigos del poder del SEÑOR, el imponente despliegue de poder que yo haré por medio de ti (Ex 34.10 NTV).

De acuerdo a la Biblia que es la Palabra de Dios y nunca miente, Dios tiene un Plan maravilloso para tu Vida y este mundo será testigo del impresionante despliegue de poder que Dios, tu Padre, hará por medio de ti. ¡Esto forma parte del Nuevo Pacto!

Jehová cumplirá su propósito en mí;  Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre;  No desampares la obra de tus manos (Sal 138.8).

Él ha empeñado Su Palabra y va a cumplir Su propósito en tu vida. ¡Será cosa tremenda la que Dios hará por medio de ti!

Ahora bien, si acaso estás pensando dentro de ti:

- Bueno Riqui, eso está muy lindo, pero la Verdad es que tú no sabes bien quién soy yo y todas las cosas malas que hecho en mi vida y con mi vida. No creo que esa promesa de que Dios hará cosas maravillosas por medio de mí, se aplique a mi persona…

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza (Jer 29.11 NVI).

Pues bien, efectivamente yo no sé quién eres tú, pero sí sé quién es Él, Dios tu Padre, el Todopoderoso. Quién no miente, ni cambia Su Palabra. Quién tiene pensamientos de bien y no de mal acerca de ti, ¡para darte un futuro y una esperanza!

Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice? Se me ha ordenado bendecir, y si eso es lo que Dios quiere, yo no puedo hacer otra cosa (Num 23.19-20 NVI).

Sé que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Sé que, por ese Amor tan grande que Dios siente por ti, aunque tú hayas sido infiel, Él siempre permanece fiel.

Si fuéremos infieles, él permanece fiel;  El no puede negarse a sí mismo (2 Ti 2.13).

También sé que las promesas que Dios te ha hecho bajo el Nuevo Pacto NO están condicionadas a las cosas que hiciste en el pasado, ni a las que puedas hacer en el presente.

Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación (2 Co 5.18-19).

Esto es lo verdaderamente asombroso del Amor de Dios y del Nuevo Pacto. Estas son las buenas noticias del Evangelio: ¡Todos tus pecados, pasados, presentes y futuros fueron pagados con la Sangre de Jesús!

Espere Israel [tu nombre aquí] a Jehová,  Porque en Jehová hay misericordia,  Y abundante redención con él;  Y él redimirá a Israel [tu nombre aquí]  De todos sus pecados (Sal 130.7-8).

- Pero, pero .podrías objetar-, ¿cómo puede Jesús perdonar pecados futuros?

La respuesta a esta pregunta es sencilla, sólo tienes que reflexionar que cuando Jesús pagó tus pecados en esa cruz hace más de dos mil años, todos tus pecados eran futuros (y los de todo el mundo). Es por todo esto que el sacrificio de Jesús ES completo, perfecto y acabado.

porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (He 10.14).

Con Su muerte y resurrección, Jesucristo te santificó haciéndote perfecto para siempre (esto incluye tu futuro).

Lo que vale la pena destacar es que ahora tú estás en Cristo Jesús y el (la) viejo(a) pecador(a) que antes eras ya no existe más.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

¿Te das cuenta? Tú NO ERES más la vieja persona que antes eras. Nada interesan las cosas que hiciste o no hiciste. Sólo importa lo que Dios dice en Su Palabra acerca de quién tú ahora eres y de lo que eres capaz de hacer.

Así que, efectivamente, ¡Será cosa tremenda la que Dios hará por medio de ti!

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo (Jn 14.12-13).

Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia (Mat 10.8).

Si puedes creer, al que cree, al que le cree a Dios, TODO le es posible.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, este día quiero decirte que te creo. Yo sí creo Tu Palabra. ¡Tu Palabra es la Verdad! Por lo tanto, declaro que será cosa asombrosa y maravillosa la que Tú vas a hacer por medio de mí en este mundo. Las cosas que Tú, Jesucristo, hiciste y aún mayores, son las mismas que yo voy a hacer en Tu nombre y representación. Precioso Señor, creo que Tu Plan para mi Vida, las cosas que Tú, oh Dios, quieres hacer por medio de mí, están acompañadas del imponente despliegue de Tu Poder. Así que, en esta hora deshecho todo pensamiento de fracaso y de derrota; todo rencor; todo complejo de inferioridad; todo orgullo y altivez; todo miedo y temor. Desecho de mi Vida, de mi corazón y pensamientos, todas las mentiras con las que Satanás a intentado anularme. Ya sé quién soy yo. Gracias, Señor Jesús, porque por Ti, por Tu muerte en la cruz, por Tu sangre preciosa, por Tu resurrección y por Tu gran Amor por mí, ahora yo tengo una Nueva Vida, una Vida plena y abundante: tengo la Vida Eterna de un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Gracias, amado Dios, porque ahora conozco la Verdad y la Verdad me ha hecho libre. Puedo tomar de Tu Plenitud, Jesús (que es toda la Plenitud de la deidad), para hacer de mi vida una vida que valga la pena vivirse. Una Vida justa, santa y perfecta; creyendo y RECIBIENDO lo que Tú, Señor, ya hiciste por mí. ¡Gracias por el Nuevo Pacto en el Cuerpo y la Sangre de Jesús! Por todo esto, Tú, mi Dios, y Padre, me has dado toda la autoridad para llevar a cabo obras formidables, declarando que cualquier problema, enfermedad o aflicción que ahora esté viviendo, yo, _________ 8tu nombre aquí), saldré más que vencedor(a) por medio de Tu Amor. Gracias Señor, porque no hay forma en que yo vaya a perder, pues esta es la victoria que ha vencido al mundo, mi fe. Mi fe en Ti, Padre eterno. Mi fe en Tu Palabra. Gracias Padre porque no me has dejado nunca, ni me dejarás, porque me has amado con tan grande amor y me has hecho tu Hijo(a). Por lo que Tú hiciste en la cruz, Señor Jesús, y por Tu Palabra, ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichoso(a) para vivir una vida plena y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto. En el nombre de Jesús. Amén

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Febrero 25       Mat 6.1-18 /  Ex 33-34 /  Pro 15

 


 
 

 

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