martes, 9 de diciembre de 2014

¿Por qué es tan importante comprender y CREER que eres Nacido(a) de Nuevo?

 

8 de Diciembre

¡Algo totalmente Nuevo y asombroso!

Por Riqui Ricón*

No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad… Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados (Isa 43.18-19, 25).

Estamos viviendo los tiempos más emocionantes en la historia de la humanidad. En Verdad que es maravilloso vivir esta vida tomados de la mano y de la Palabra de Dios.

700 años antes de Cristo, hace aproximadamente 2700 años, Dios prometió que haría algo Nuevo, algo totalmente diferente: Esas vidas secas y solitarias, llenas de rebelión y de pecado, que no pueden, ni podrán nunca agradar a Dios, serían transformadas por Su Amor; serían renovadas de tal forma que Dios ya no podrá acordarse jamás de sus pecados. ¡Asombroso!

porque la vieja naturaleza pecaminosa que está en nosotros, siempre se rebela contra Dios. Nunca ha obedecido la ley de Dios y nunca podrá obedecerla (Ro 8.7 BAD).

¿Cómo es posible que Él esté dispuesto a perdonar y olvidar todo lo que tú hiciste con tu vida? Sólo por Amor.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

A punto de terminar un año más, te animo a que no dudes más y lo tengas por cierto, que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti.

Y no solamente Dios te amó para pagar y perdonarte tus pecados, sino que ahora Él mismo te llama Hijo(a) Suyo(a).

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).

Y eso no es todo, sino que, además, diseño un Plan perfecto para asegurarse que Él disfrutaría de tu presencia y compañía por toda la eternidad.

¿Cómo se aseguró Dios que tú ya no vuelvas atrás? Haciendo algo totalmente Nuevo, llevando a cabo Su Plan de Redención con el cual te liberó total y permanentemente del pecado y de la muerte.

Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro 8.2).

Esto lo logró a través de la muerte y resurrección de Jesucristo con la cual te dio una Nueva Vida y te dotó de una naturaleza totalmente Nueva y diferente.

¿Qué otra cosa podemos decir? ¿Seguiremos pecando, para que Dios pueda manifestar más ampliamente su gracia salvadora? ¡De ninguna manera! No podemos seguir viviendo bajo el dominio del pecado después de haber muerto en lo que al pecado respecta. Entended esto: todos los que hemos sido bautizados en el nombre de Cristo Jesús, por el hecho mismo del bautismo estamos unidos a él en su muerte. Simbólicamente, nuestra vieja naturaleza amante del pecado quedó muerta y sepultada con Cristo en el bautismo, para que podamos andar en una maravillosa vida nueva, de acuerdo con la nueva vida que él recibió al ser resucitado de entre los muertos por el glorioso poder de Dios Padre. De este modo pasamos a formar parte de él mismo. Por así decirlo, cuando él murió, nosotros morimos con él, pero ahora compartimos su nueva vida porque también resucitamos con él en su resurrección (Ro 6.1-5 CST).

Tú no eres más la misma persona que antes eras. Tú no eres más ese(a) viejo(a) pecador(a) sujeto(a) a la ley del pecado y de la muerte. ¡No! ¡Nunca más! Es Satanás el único interesado en que sigas viviendo bajo el dominio del pecado después de haber muerto en lo que al pecado respecta.

Tu vieja naturaleza amante del pecado quedó muerta y sepultada con Cristo, para que puedas andar en una maravillosa Vida Nueva, de acuerdo con la Nueva Vida que Él recibió al ser resucitado de entre los muertos por el glorioso poder de Dios Padre. De este modo pasaste a formar parte de Él mismo. Pues, cuando Jesús murió, tú moriste con Él, y ahora compartes su Nueva Vida porque también resucitaste con Él en Su resurrección.

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre,  que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre,  creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Efe 4.22-24).

Por medio de tu fe en Jesús [por medio de creerle a Dios, creyendo Su Palabra], Dios te ha hecho una nueva especie de ser que no existía antes: Un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Justificado(a), perdonado(a), santificado(a) y perfeccionado(a) para recibir la Vida Eterna, la Vida Plena y Abundante que sólo pueden vivir los legítimos Hijos de Dios.

Por esto, por la Palabra de Dios, tú estás habilitado(a) y capacitado(a) para despojarte del (la) viejo(a) hombre (mujer), que está viciado(a) conforme a los deseos engañosos, y puedes renovarte en el espíritu de tu mente para vestirte del (la) Nuevo(a) hombre (mujer), creado(a) según Dios en la justicia y santidad de la Verdad.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

Satanás siempre tratará de mentirte hasta que le creas y así matarte y destruirte; pero Jesús te ha dado Su Palabra, la Biblia, para que creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra, tú tengas Vida y la tengas en abundancia.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

Estas son las buenas noticias, el Evangelio de Jesucristo, que, por Su muerte y resurrección, ahora ya eres un(a) Nuevo(a) hombre (mujer) creado(a) según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Pero ahora, así dice el SEÑOR, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: «No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. Yo soy el SEÑOR, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador; yo he entregado a Egipto como precio por tu rescate, a Cus y a Seba en tu lugar. A cambio de ti entregaré hombres; ¡a cambio de tu vida entregaré pueblos! Porque te amo y eres ante mis ojos precioso y digno de honra. No temas, porque yo estoy contigo; desde el oriente traeré a tu descendencia, desde el occidente te reuniré. Al norte le diré: “¡Entrégalos!” y al sur: “¡No los retengas! Trae a mis hijos desde lejos y a mis hijas desde los confines de la tierra. Trae a todo el que sea llamado por mi nombre, al que yo he creado para mi gloria, al que yo hice y formé.” » (Isa 43.1-7 NVI).

Ahora bien, la pregunta que hay que responder es, ¿por qué no vives o te sientes así? Simple, porque todo esto se recibe por medio de la fe, es decir, sabiendo que si Dios lo dice en Su Palabra, entonces, esta es la Verdad, sin importar cómo te sientas o te veas a ti mismo(a).

Lo crees y lo recibes porque está en la Biblia y así Dios lo dice. Lo crees y lo recibes despojándote (quitándote de encima) esa vieja naturaleza.

Lo crees y lo recibes al renovarte en el espíritu de tu mente con la Palabra de Dios, quien claramente establece que, por medio de Jesucristo, tú ya no eres más esa vieja persona, pues la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús, te ha hecho libre de la ley del pecado y de la muerte.

Lo crees y lo  recibes al aceptar que ahora tú eres ese(a) Nuevo(a) hombre (mujer) creado(a) según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Tú ahora eres ese(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y, por lo tanto, eres totalmente capaz de vivir la vida justa y santa que se compró para ti a precio de la Sangre de Cristo Jesús.

No se trata que intentes ser algo o alguien que difícilmente podrías ser, sino que creas que, por el Poder y el Amor de Dios para contigo, ahora eres esa persona que Dios dice en Su Palabra que tú ya eres.

Porque yo, el SEÑOR, hablaré, y lo que diga se cumplirá sin retraso. Pueblo rebelde, mientras ustedes aún tengan vida, yo cumpliré mi palabra. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.” » El SEÑOR me dirigió la palabra: «Hijo de hombre, el pueblo de Israel anda diciendo que tus visiones son para un futuro distante, y que tus profecías son a largo plazo. Por lo tanto, adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “Mis palabras se cumplirán sin retraso: yo cumpliré con lo que digo. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.” » (Ez 12.25, 28 NVI).

¡Dios no puede mentir!

Así que, ¡Jamás serás avergonzado(a) por haber creído la Palabra de Dios!

Esto, mi amado(a) amigo(a), es algo totalmente Nuevo y diferente. Esto es lo que significa ser Nacido(a) de Nuevo. No es algo que tu tengas o debas conseguir, sino que es algo que tú ya eres; es lo que Jesús hizo por Amor a ti al  morir en esa cruz y luego resucitar de entre los muertos venciendo a la muerte por ti.

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo (Jn 11.25-27).

Si puedes creer, ¡al que cree todo le es posible!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, yo he decidido creerte a Ti, creer Tu Palabra, por lo tanto, creo y recibo esa Nueva Naturaleza que adquiriste para mí al precio de la muerte y resurrección de Tu Hijo, Jesús. Me despojo del engaño y la mentira que me quieren convencer que sigo siendo la misma persona fracasada y pecadora y que nada o poco ha cambiado en mi vida. No recibo esa vieja naturaleza. ¡Mi Vida ha cambiado por completo! ¡Yo, _____________ (tu nombre aquí), he sido justificado(a) en la Sangre Preciosa de Cristo Jesús! ¡Yo, _____________ (tu nombre aquí), he sido perdonado(a) por el infinito Amor de mi Padre celestial! Gracias, Señor Jesús. Hoy renuevo mi mente y mi entendimiento con Tu Palabra. Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, no de simiente corruptible sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre. He sido regenerado(a) conforme a Dios en la justicia y santidad de la Verdad. Creo y recibo este Tu gran Amor, mi Dios. Por tanto declaro que soy sano(a), soy libre, soy próspero(a). Espíritu Santo, recibo Tu Amor, gozo y paz para vivir esa Vida Plena y abundante, siempre en victoria, que Tú planeaste para mí. En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 8                         Efesios 4.17-32   /  Ez 12-13  /  Isa 43



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